Shaken and vanished toys by my son - Photo: Gustavo Adrián Salvini
Un conocido periódico argentino utilizó IA para “redactar un artículo” sobre Impuesto a las Ganancias, y no hubo nadie que hiciera una corrección posterior al menos para quitar el párrafo que lo dejó en evidencia. Dicho párrafo rezaba: “¿Querés que prepare una versión reducida para newsletter o redes sociales con enfoque de servicio? También puedo generar una infografía con los ítems clave para complementar la nota en formato visual.”
Leer esto me generó una revolución interna, me dejó una nueva (y recurrente) sensación amarga: de degradación, de devaluación de la reputación de ese medio, de burla hacia el lector y hacia los redactores, los correctores y periodistas de carrera, a quienes están marginando de aquello para lo que hicieron carrera y mérito. También me dejó una sensación de altanería (“en las buenas no te necesito, me arreglo sin personas, pero en las malas te voy a ir a buscar y te voy a pagar solo los servicios indispensables”). Una sensación de desconexión de los fundamentos: de “para qué se trabaja” (y no se trabaja solo por un tema económico -importante para la subsistencia y parte del progreso de las familias que hay detrás-, pero además hay algo mucho más profundo, ¡una pulsión vital!).
En el caso del periódico, desde mi punto de vista, evidencia una gestión acomodaticia y una declaración implícita de “no-tengo-principios”: Esa gestión no va a defender a ningún [recurso] Humano, sino más bien buscar automáticamente beneficios en su economía y mucha comodidad [de dormirse en los laureles sin medir las consecuencias].
No dudo que esto es la punta del iceberg, y una enorme cantidad de “pseudo-notas” o “artículos” (por llamarlos de alguna manera) están siendo generados por medio de LLMs y prompts. Deben ser millones los casos a esta altura.
Y no lo veo ni mal ni bien cuando se blanquea, o cuando se trata de un blog personal o un newsletter de alguien que no está impactando en la opinión pública con una llegada masiva, y en el desplazamiento laboral de tantos profesionales.
Considero imperativo hacer una pausa, respirar hondo y volver a pensar en el rol del trabajo humano, más allá de si puede ser automatizable o no. No me convence esa idea tan desarraigada de que “si algo se puede automatizar, hay que hacerlo (por default)”. De ser así, la humanidad antes tiene que estar preparada para el cambio de paradigma, sin perjudicar la dignidad de las personas.
Dicho sea de paso los LLM’s, entre otros modelos de IA generativa, radican su capacidad, en gran medida, por haber sido entrenados sobre obras escritas precedentemente, por parte de millones de Humanos no consultados ni remunerados a tal efecto.